La masiva demanda de electricidad en Argentina a raíz de las altas temperaturas hizo que fuera necesario recurrir a la importación de energía de los países limítrofes de Brasil, Uruguay y Paraguay. Así mismo, en las centrales de generación se quemaron combustibles líquidos (gasoil y fuel oil) y hasta carbón mineral para satisfacer las necesidades de los usuarios.
Nuestro país carece de suficiente energía hidroeléctrica, la fuente más barata de generación, por lo que la demanda se cubre con otros sustitutos más caros que son contaminantes con el ambiente y que además elevan el costo fiscal del sistema eléctrico.