Las cooperativas de servicios públicos tienen un fuerte impacto en el crecimiento social, cultural y económico de las localidades. Este desarrollo sostenible va acompañado de la mejora en la calidad de vida de sus habitantes, el apoyo a las instituciones locales, el crecimiento de las fuentes laborales y el surgimiento de nuevos emprendimientos solidarios.
La responsabilidad social de estas entidades se corresponde con un modelo de desarrollo económico centrado en la persona humana, compatible con la conservación del medio ambiente y con la equidad social.