Licenciatura en Geografía

La Geografía constituye un dominio disciplinar del conocimiento científico que se propone indagar de qué manera la dimensión espacial se incorpora en el funcionamiento de la sociedad, a través del análisis de las múltiples formas que adquiere la apropiación y transformación del territorio. El estudio del espacio geográfico (a través de conceptos claves disciplinarios como ambiente, territorio, lugar, región y otros) es de centralidad determinante en la formación del profesional geógrafo. El espacio geográfico puede ser abordado desde concepciones provenientes del campo de la cultura, en función de la relevancia que han adquirido los estudios culturales de la geografía en las últimas décadas; de matriz económica, cuestión que se relaciona con el reciente redescubrimiento de la geografía por parte de las disciplinas de la economía; o de impronta físico-natural y ambiental, considerando el creciente cariz  interdisciplinario que han adquirido en los últimos años las ciencias de la tierra para la geografía. Asimismo, debe considerarse además el desarrollo incremental que tuvieron los sistemas de información geográfica al punto de transformarse en una herramienta fundamental para la producción de conocimientos espaciales y territoriales. Desde su surgimiento moderno como disciplina e instrumento al servicio de la exploración científica, la Geografía se ha enfrentado con el desafío de poder conformar un cuerpo integrado de los saberes del territorio a la vez que del ambiente. Independientemente de que una serie de debates académicos ha dado cuenta de su congruencia epistemológica, el conocimiento geográfico conserva vigencia en lo referido a su carácter estratégico, en virtud de las múltiples decisiones que distintos actores: Estados, corporaciones trasnacionales, empresas, individuos, toman a la hora de gestionar el espacio geográfico.

En la actualidad, el alcance de las tecnologías de la información y la comunicación afectaron de manera decisiva e irreversible la vida cotidiana de millones de personas y organizaciones en todo el mundo. Esto supone una creciente desterritorialización/ reterritorialización de las relaciones humanas que afecta y modifica el modo en que el espacio es vivido, concebido y producido materialmente y simbólicamente por las distintas sociedades. Todo ello, sumado a una acelerada fragmentación en la producción y circulación del conocimiento (hiperespecialización), ha tensionado el desarrollo de la disciplina geográfica hasta su situación actual. Sin embargo, el capitalismo, que en su estadio actual (globalización/ mundialización) selecciona determinados lugares del planeta considerados aptos para la inversión (“regiones ganadoras”) mientras descarta otros (“regiones perdedoras”), genera situaciones de inclusión y exclusión socioespaciales que se traducen en la convivencia de agudos contrastes y desigualdades sociales, donde se manifiestan diversos impactos y consecuencias territoriales y ambientales. Esto refuerza el sentido de abordar el estudio de las heterogeneidades sociales y físicas que presentan los distintos territorios, tanto al interior de las ciudades, regiones y países como a escala internacional, con la finalidad de llevar a cabo acciones de intervención. La necesidad de incidir en la evolución del espacio geográfico desde diversos ámbitos estatales o privados no desaparece, sino que asume nuevas modalidades. De allí, la relevancia de contar con profesionales formados en la planificación y el ordenamiento del territorio y la sustentabilidad del ambiente.

Asimismo, y de acuerdo con su tradición en el medio educativo, la geografía conforma un campo de enseñanza y formativo de ciudadanía de gran importancia. La presencia de la disciplina en el aula influye decisivamente en las representaciones simbólicas y materiales que la sociedad construye respecto del territorio. Por ello, resulta significativo formar profesionales de la educación con las capacidades y habilidades necesarias para proporcionar herramientas analíticas a los estudiantes, para que –entre otras cosas- puedan asumir un rol activo y participativo frente a las formas de organización resultantes de la interacción sociedad-naturaleza e incidir en la construcción de una sociedad más democrática.